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lunes, 23 de septiembre de 2013

AD+ Sabías que...?

Volvemos con nuestra sección AD+ sabías que...? para contaros una curiosidad de las muchas que guarda nuestra cocina valenciana.
¿Alguien sabría decir en este panel dónde aparece una "caramba"?

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Pues aunque no lo parezca sí que la hay, y aquí va la explicación que viene de la mano de una historia de lo más original.

Allá por el año 1776, cuando reinaba Carlos III, una actriz andaluza llegó a Madrid en un momento que la comedia empezaba a resurgir. Su nombre era María Antonia Vallejo y Fernández. Desde el principio, María Antonia, fue bien acogida por el público.
Sus biógrafos cuentan que el nombre artístico de "la Caramba" surgió al poco de estar actuando en Madrid, ya que empezó a ser conocida por el estribillo de una copla que cantaba así:

"Yo le respondí con mi sonete,
con ni canto, ni baile y soflama:
¡Qué chusco es usted, señorito!
Usted quiere... ¡Caramba! ¡Caramba!
¡Que si quieres, quieres, ea!
Vaya, vaya, vaya!"

Esta interpretación gustó mucho en la ciudad y el estribillo "usted quiere, caramba, caramba", lo comenzó a decir "todo" Madrid.
El centro de la vida social en este momento era el Paseo del Prado. Por él se paseaban todos los personajes conocidos de la sociedad, entre los que se encontraba, como no podía ser menos, nuestra actriz. Debido a sus extravagantes atuendos a la última moda y a la gracia con que los lucía empezó a ser admirada por todas las mujeres que la veían pasear. En una ocasión, se colocó un tocado tan original que nadie había visto en ningún sitio antes, y causó tanta sensación que las mujeres empezaron a copiarlo bautizándolo como "caramba".

Y he aquí la solución a nuestra pregunta... seguro que ya lo habéis adivinado, este personaje que os mostramos a continuación lleva puesta una gran "caramba".


Esta "caramba" estaba formada por una gran moña (cinta de raso plegada y entrelazada) de vivos colores y se ponía sobre la cofia. Era muy vistoso, alegre y favorecía mucho. Alcanzó tanta popularidad que hasta Goya lo inmortalizó en sus cuadros pintándolo en la cabeza de algunos de sus retratos como el de la Condesa del Carpio, que luce una aunque de menor tamaño y que os mostramos aquí:

 La condesa del Carpio. Francisco de Goya, h. 1795
Museo del Louvre



¿Qué os parece?, ¿alguno de vosotros se atrevería a llevarlo hoy día...?

3 comentarios: