"Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo"
Séneca (filosofo latino)
¿Alguna vez has intentado guardar un valioso secreto?
Aunque parezca una difícil tarea, no hay nada que más estimule
nuestra imaginación que los secretos bien guardados. Hay muchos tipos de secretos, entre ellos: los secretos del corazón, los secretos
profesionales, los secretos de Estado o los secretos perdidos en la noche de los
tiempos. Lo cierto es que se ha intentado a través de diversas formas preservar algunas informaciones u objetos de manera oculta a los demás, entre
ellas, podemos destacar los tradicionales baúles o arquetas que podían ser utilizados
para los más variados fines. Por este motivo, hemos elegido esta semana una interesante pieza de la colección MNAD para que nos desvele los secretos de la vida
cotidiana de España de la Edad Moderna.
Las
arquetas, juntamente con las arcas y arcones, son las piezas del mobiliario
domestico más antiguas que se conoce, pudiendo remontar su uso desde el Antiguo
Egipto. Durante el Renacimiento las arquetas fueron indispensables dentro de
los hogares, siendo utilizadas para
guardar objetos de valor, como joyas, reliquias, documentos, cartas o cualquier
tipo de pertenencia de menor tamaño, dado que son una versión reducida de las
arcas o arcones. Fueron de gran utilidad,
pues su pequeño tamaño permitía el traslado de piezas de valor en su interior,
así como, podían ser guardadas en sitios ocultos, fuera de la vista ajena. Es
muy común su presencia en los inventarios de la Edad Moderna, juntamente con
otros muebles, tapices y objetos de uso doméstico.
En
el Museo Nacional de Artes Decorativas encontramos una arqueta renacentista, proveniente del ámbito
castellano, decorada con grutescos, querubines y motivos vegetales. Tiene el
cuerpo formado por una caja rectangular unido a una tapa abovedada por medio de
charnelas y cerradura. En las cuatro esquinas aparecen pequeñas pilastras
abalaustradas. El exterior de la arqueta está formado por un fondo blanco estucado con relieves en
policromía dorada. La decoración está
compuesta por un repertorio de figuras que enlazan con el estilo plateresco
desarrollado en la arquitectura española, entre finales del siglo XV e inicios
del siglo XVI.
Arqueta MNAD / CE00500 |
El
siglo XV marca un período de transiciones desde el punto de vista político,
económico y social, que cambiarán la imagen de España dentro y fuera de sus
fronteras. La unificación del territorio llevado a cabo los Reyes Católicos y
el Descubrimiento de América son factores que van a influir en el cambio de una
estructura medieval a la formación del Estado Moderno. No obstante, en el
terreno artístico las formas góticas seguían muy arraigadas en la Península,
coexistiendo con la tradición hispanomusulmana, que se hacía presente a través
del estilo mudéjar.
La
entrada del estilo renacentista en España tendrá inicio a finales del siglo XV,
a través del plateresco en la arquitectura y que luego pasará a las artes
decorativas. El nuevo estilo va a mezclar todo un repertorio de motivos ornamentales,
provenientes del mundo romano, con algunos toques de la tradición gótica. Los
motivos formados por grutescos, máscaras, candelabros, balaustres, seres fantásticos,
vegetales y animales van a componer toda una fauna decorativa que anunciarán la
nueva mentalidad renacentista.
Bibliografía
AGUILÓ,
Mª Paz.: El mueble clásico español. Madrid,
Cátedra, 1987.
ALCOLEA,
S.: Artes decorativas de la España
cristiana. Siglos XI-XIX. Ars Hispaniae. Tomo XX. Madrid, 1975.
BARTOLOMÉ
ARRAIZA, A.: (Coordinador): Las artes
decorativas en España. Summa Artis. Tomo XLV**. Madrid, Espasa Calpe, 1999.
FEDUCHI,
Luis.: Historia Del Mueble.
Barcelona. Barcelona, Editorial Blume, 1986 (1º ed.1946).
FERNANDEZ
VILLAMIL, C.: Las Artes Aplicadas / 2. Madrid, 1982.
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