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jueves, 14 de febrero de 2013

¡Feliz día de San Valentín!

Como en el MNAD somos muy románticos no queremos dejar pasar este día tan señalado sin mostrar este precioso abanico que además de representar una "escena amorosa" con tres parejas de enamorados, fue un objeto que permitió a las parejas comunicarse secretamente mediante un lenguaje cifrado en una determinada época.

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El Día de San Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros países a lo largo del siglo XX.

San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma en el siglo III. Gobernaba el emperador Claudio II, quien prohibió la celebración de matrimonios para los jóvenes porque en su opinión, los solteros sin familia eran mejores soldados. El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador celebrando en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. El emperador Claudio dio entonces orden de encarcelar a San Valentín que finalmente fue martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270.

Existen otras teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación. Y otros creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, Cupido.

En cuanto al abanico, fue uno de los complementos de moda femeninos más representativos del siglo XIX. Éste en concreto es de los denominados "isabelinos" por estar realizado durante el reinado de Isabel II (1833-1868), además de caracterizarse por su mayor tamaño y por las varillas anchas y redondeadas. Cuando las damas del siglo XIX y principios del XX iban a los bailes siempre eran acompañadas por alguien que velase por su comportamiento. Por ello las jóvenes tuvieron que inventarse un medio para poder comunicarse con sus pretendientes y pasar desapercibidas. Este objeto se convirtió en un auténtico parapeto de todo un repertorio que iba desde las sonrisas ingenuas hasta auténticas declaraciones de amor.

Existían diferentes lenguajes del abanico pero todos ellos utilizaban como regla común la colocación del objeto en cuatro direcciones. ad+ de esa regla general había ciertos gestos con significado como eran:

- Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: "sígame".
- Moverlo con la mano izquierda: "nos observan".
- Arrojarlo con la mano: "te odio".
- Moverlo con la mano derecha: "quiero a otro".
- Dejarlo deslizar sobre la mejilla: "te quiero".
- Presentarlo cerrado: "¿me quieres?".
- Tocar con el dedo el borde: "quiero hablar contigo".
- Apoyarlo sobre la mejilla derecha: "sí".
- Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: "no".
- Abanicarse despacio: "estoy casada".
- Abanicarse deprisa: "estoy prometida".
- Apoyar el abanico en los labios: "bésame".
- Abrirlo despacio: "espérame".
- Golpearlo, cerrado, sobre la mano izquierda: "escríbeme".

Gracias a estos códigos muchas parejas lograron comunicarse en una época en la que el simple hecho de tener una conversación entre personas que se gustaban resultaba prácticamente imposible.
Afortunadamente hoy en día las cosas han cambiado, aunque es cierto que el lenguaje del abanico tenía un encanto especial. Así que ya sabéis, enamorados, mirad a vuestra pareja, dejad deslizar un abanico sobre vuestra mejilla y ¡feliz día de San Valentín!

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