Siguiendo nuestra sección "En primicia", os queremos mostrar este tablero que además de ser una pieza de excepcional calidad, es muy curiosa por ser un "doble engaño". Os lo explicamos... se trata de un tablero que a primera vista parece estar hecho de mármol o pórfido, con una serie de papeles descolocados encima. Pues bien, ni es de mármol ni tiene papeles en su superficie. En realidad, está realizado en escayola coloreada imitando pórfido rojo, y policromada mostrando un trampantojo -técnica pictórica que intenta engañar la vista- de un conjunto de naipes, estampas y papeles al modo de una mesa revuelta. Las mesas revueltas, que son las que están pintadas como si tuvieran objetos encima, fueron un divertimento que, según algunas fuentes, nació en los gabinetes del siglo XVIII y que se extendieron en el XIX entre la "buena sociedad" europea.
CE28028 |
En el óvalo central aparece un carro tirado por dos caballos y con dos personajes. Reproduce el dibujo de un vaso ático -que hoy se encuentra en el British Museum- de figuras rojas del pintor de Meidias. Alrededor se distribuyen de forma casual distintos naipes, estampas y papeles. En dos de estas cartulinas se aprecian restos de escritura, a la derecha la firma de Antonio Mazal con la fecha de 1802 y a la izquierda un nombre ilegible, probablemente el del propietario. La familia Marzal, con el padre Antonio y los hijos Vicente y Antonio, se instaló a finales del siglo XVIII en Madrid, trabajando en la corte para Carlos IV y posteriormente para Fernando VII. Su trabajo se inspira en la tradición italiana del trabajo en scagliola que imita el realizado con piedras duras. Antonio Marzal hijo, autor de este tablero, alcanzó su mayor éxito con esta técnica en el Retrete del Rey de la Casa del Labrador de Aranjuez.
Retrete del Rey de la Casa del Labrador |
En cuanto a los demás objetos, se observan naipes de una baraja, papeles de finos trazos negros imitando estampas y dos dibujos sobre fondo negro que conservan bien el colorido, representando uno un ave exótica probablemente del paraíso y el otro, una figura humana.
Con más de un metro de largo y más de medio de ancho, esta pieza que hasta hace poco servía como mesa de café en una elegante casa madrileña, ha pasado a habitar nuestro Palacio de la calle Montalbán para que todos la podamos disfrutar, esperamos que os guste....
Maravillosa obra sacada del olvido en una casa madrileña. Sin duda es muy interesante comprobar como las artes decorativas eran muy versátiles y adaptadas a todo gusto y poder económico.
ResponderEliminarUn saludo